miércoles, 4 de enero de 2017

La hora falsa.



Me adelanté el corazón,
como si fuera un reló,
hacía la hora tranquila...

Pero no vino la dicha
-la dicha estaba en su puesto
y aquel ardid era necio-,
¡ni fue el punto nunca, nunca!

-Ya la realidad, confusa,
vivía en la hora pasada
de aquella desesperanza-.

¡Con qué dolor volví atrás
tu hora, corazón sin paz!

Juan Ramón Jiménez.

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