miércoles, 19 de octubre de 2016

Lamento.



Como de una semilla nace un bosque,
de mi pequeño corazón hundido
creció una selva de dolor y llanto.

Humo y clamor oscurecían el cielo,
que se alejaba de mi triste fronda,
cuando negó la tierra a mis raíces
linfas para el verdor oscurecido;

¿Cómo pudo secarse una esperanza,
hasta su queja dar con tanto fuego?

La pequeñez de mi secreta herida
me hace llorar aún más que la hermosura
del incendio que de ella se dilata.

Manuel Altolaguirre.

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