martes, 13 de septiembre de 2016

Beato sillón.


¡Beato sillón!
La casa corrobora su presencia
con la vaga intermitencia de su invocación
en masa a la memoria.
No pasa nada.
Los ojos no ven, saben.
El mundo está bien hecho.
El instante lo exalta a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.

Jorge Guillén.

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