Tus cabellos están fuera de ti misma
sufriendo pero perdonando
gracias al lago que se deshace en círculos
alrededor de los ahogados
cuya gotera de pasos muertos
ahonda en tu corazón el vacío
que nada vendrá a llenar
aún si sientes la necesidad de zurcir
aún si tu nuca se pliega a los menores caprichos del viento que exploras tu actitud
y ahuyenta la ventana allí dormida
y abre tus párpados y tus brazos y se lleva
si tienes necesidad de zurcir
todo tu follaje hacia tus extremidades.