miércoles, 30 de marzo de 2016

Después.



Y la primavera entonces
Ha de seguir, entreabriendo
En miradas, fuego y sombra,
Espuma y aire en cabellos.

Otra vez el mismo encanto
De juventud por los miembros
Correrá, como una savia
De la hermosura en el tiempo.

Pero tú sombra sin cuerpo.

El amor de nuevo entonces
Ha de penetrar el pecho
De los amantes, con llaga
Suave, dulce cauterio.

Por él de pena y de gozo
Despertarán en su lecho
Otros ojos a la noche
Entre el placer y el tormento.

Mas tú sombra sin deseo.

Luis Cernuda.

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