jueves, 5 de marzo de 2015

La Voz a ti Debida - Versos 1946 a 1981.







Me estoy labrando tu sombra. 
La tengo ya sin los labios, 
rojos y duros: ardían. 
Te los habría besado 
aún mucho más. 

Luego te paro los brazos, 
rápidos, largos, nerviosos. 
Me ofrecían el camino 
para que yo te estrechara. 

Te arranco el color, el bulto. 
Te mato el paso. Venías 
derecha a mí. Lo que más 
pena me ha dado, al callártela, 
es tu voz. Densa, tan cálida, 
más palpable que tu cuerpo. 
Pero ya iba a traicionarnos. 

Así 
mi amor está libre, suelto, 
con tu sombra descarnada. 
Y puedo vivir en ti 
sin temor 
a lo que yo más deseo, 
a tu beso, a tus abrazos. 
Estar ya siempre pensando 
en los labios, en la voz, 
en el cuerpo, 
que yo mismo te arranqué 
para poder, ya sin ellos, 
quererte. 

¡Yo que los quería tanto! 
Y estrechar sin fin, sin pena 
-mientras se va inasidera, 
con mi gran amor detrás, 
la carne por su camino-
tu solo cuerpo posible: 
tu dulce cuerpo pensado.

Pedro Salinas.

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