miércoles, 25 de septiembre de 2013

Y era el demonio de mi sueño.



Y era el demonio de mi sueño, 
el ángel más hermoso. 
brillaban como aceros los ojos victoriosos,
y las sangrientas llamas
de su antorcha alumbraron
la honda cripta del alma.

¿Vendrás conmigo? 
No, jamás; las tumbas
y los muertos me espantan.
Pero la férrea mano
mi diestra atenazaba.

vendrás conmigo... 
y avancé en mi sueño,
cegado por la roja luminaria.
y en la cripta sentí sonar cadenas,
y rebullir de fieras enjauladas.

Antonio Machado.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...