viernes, 6 de septiembre de 2013

El otoñado.



Estoy completo de naturaleza,
en plena tarde de áurea madurez,
alto viento en lo verde traspasado.


Rico fruto recóndito, contengo
lo grande elemental en mí - la tierra,
el fuego, el agua, el aire, -  el infinito.

Chorreo luz: doro el lugar oscuro,
trasmito olor: la sombra huele a dios,
emano son: lo amplio es honda música,
filtro sabor: la mole bebe mi alma,
deleito el tacto de la soledad.

Soy tesoro supremo, desasido,
con densa redondez de limpio iris,
del seno de la acción. Y lo soy todo.


Lo todo que es el colmo de la nada,
el todo que se basta y que es servido
de lo que todavía es ambición.


Juan Ramón Jiménez.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...