miércoles, 22 de mayo de 2013


RIMA IX 


Besa el aura que gime blandamente 
las leves ondas que jugando riza; 
el sol besa a la nube en occidente 
y de púrpura y oro la matiza; 
la llama en derredor del tronco ardiente 
por besar a otra llama se desliza; 
y hasta el sauce, inclinándose a su peso, 
al río que le besa, vuelve un beso.


Gustavo Adolfo Bécquer.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...