jueves, 12 de abril de 2012


 Porque Te Siento Lejos... 



Porque te siento lejos y tu ausencia

habita mis desiertas soledades,

qué profunda esta tarde derramada
sobre los verdes campos inmortales.

Ya el Invierno dejó su piel antigua

en las ramas recientes de los árboles

y avanza a saltos cortos por el prado
la Primavera de delgado talle.

Por el silencio de pendiente lenta

rueda la brisa en tácito oleaje

y apunta la violeta su murmullo
al pie del roble y de la encina grave.

En las aguas inmóviles del lago

anclan nubes y luces vesperales

y tiende el bosque sus flexibles redes
al vuelo prodigioso de tu imagen.

El sol azul con cuidadosas manos

rayos y brumas teje en noble arte

  hasta dejar de tu color, amada,
la piel inmaculada de la tarde.

Te miro recostada sobre el césped,

agua verde y verdor claro tu carne,

tu rumoroso pelo embravecido
y el bosque de tu risa palpitante.

Alrededor de tus tobillos breves

ciñe la luz minúsculos collares

y abrazan a tus brazos poderosos
los tallos y las ramas verde antes.

Pulsan las finas cuerdas del silencio

tus voces y los pájaros locuaces;

el cielo en plenitud abre sus venas
de calurosa y colorada sangre

¡y alza mi corazón su pesadumbre

como un nido de sombras un gigante!


El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...