lunes, 16 de abril de 2012

Niñez


Vuelvo a ti, mi niñez, como volvía
a tierra a recobrar fuerzas Anteo;
cuando en tus brazos yazgo, en mí me veo,
es mi asilo mejor tu compañía.


De mi vida en la senda eres la guía
que me apartas de todo devaneo,
purificas en mí todo deseo,
eres el manantial de mi alegría.


Siempre que voy en ti a buscarme, nido
de mi niñez, Bilbao, rincón querido
en que ensayé con ansia el primer vuelo,
súbeme de alma en flor mi edad primera
cantándome recuerdos, agorera,
preñados de esperanza y de consuelo.


Miguel de Unamuno.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...