
Lo que sobra de mí, cuando tu imagen
quema mi corazón apasionado,
es un confín de espejo sin memoria,
de espejo blando, sin oficio, ciego,
libre de eco y de luz, ya que tan sólo
para sentir tu forma tengo vida.
Pequeña tú como el dolor humano
y grande yo sin ti, desconocido,
oscuro o claro, no lo sé, no estoy
delante, como tú, de quien me quiera.
Es mejor repetirte que no es nada
lo que sobra de mi cuando tu imagen
quema mi corazón apasionado.
Manuel Altolaguirre.