martes, 19 de julio de 2016

El Sol.



Leve, ingrávida, apenas,
la sandalia.
Pisadas sin carne.
Diosa sola, demanda a un mundo planta
para su cuerpo, arriba solar.
No cabellera digáis: cabello ardiente.
Decid sandalia, leve pisada;
decid sólo, no tierra, grama dulce
que cruje a ese destello,
tan suave que la adora
cuando la pisa.
¡ Oh, siente tu luz,
tu grave tacto solar !
Aquí, sintiéndote,
la tierra es el cielo. Y brilla.

Vicente Aleixandre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...