viernes, 4 de septiembre de 2015

Y los ojos prometen.





Y los ojos prometen
mientras la boca aguarda.
Favorables, sonríen.
¡Cómo íntima, callada!

Henos aquí. Tan próximos.
¡Qué oscura es nuestra voz!
La carne expresa más.
Somos nuestra expresión.

De una vez paraíso,
con mi ansiedad completo.
La piel reveladora
se tiende al embeleso.

¡Todo en un sólo ardor se iguala!
Simultáneos apremios me conducen
por círculos de rapto.

Pero más, más ternura trae la caricia.
Lentas, las manos se demoran,
vuelven, también contemplan.



Jorge Guillén.

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