martes, 27 de enero de 2015

El ciego amor no sabe de distancias.





El ciego amor no sabe de distancias
y, sin embargo, el corazón desierto
todo su espacio para mucho olvido
le da lugar para perderse a solas
entre cielos abismos y horizontes.
Cuando me quieres, al mirarme adentro, 
mientras la sangre nuestra se confunde, 
una redonda lejanía profunda 
hace posible nuevas ilusiones. 
Ser tuyo es renacerme porque logras 
borrar, hundir, que se retiren todos los espejos, 
los muros de mi alma.
Blancura del amor. 
Con cuánto fuego se anunció tu presencia. 
Tengo ahora la luz de aquel incendio y un vacío 
donde esperar, donde temer tu vida.


Manuel Altolaguirre.

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